Mi estatura es de uno setenta y dos hilos descamisados No peso más de 63 kg en vacío inerte Sobre la transparencia del tiempo me deshielo en nostalgias, en el vibrar de la memoria sobre momentos brotados. El cristal del silencio se rompe como efemérides por el transcurrir del espacio. Recónditos presagios; Acostarme descalzo sobre tus palabras indeformables. Nuestro cambio de voz me acongoja y tú ríes amablemente. Saberme despierto en ti donde florecen las sombras. Casi no dejan lugar para dormir y comer Después de un rato acostado en el recuerdo de las calles. Uno se sienta a pensar, cuántas veces no hemos hecho el amor con la mujer amada, saber nuestros días. Casi tenemos tiempo para enumerar nuestros muertos. Brillas con aspereza de espacio; te das cuenta , mis datos son procesados bajo un manantial vibrante y pulcro. Después de un
Jairo Prieto Macías