Vi cuando mordías la noche venciéndola, ocultando tu sombra Tus dientes malignos tallan en mis pupilas tu rostro Te busco debajo del sueño pulcro, tanteando las escaleras buscando tus pies Me levanto y no estás Se agotó el café y el pan duro, y aún las golondrinas carcajean en las noches ¿A qué juegas soledad? ¿Dónde te fuiste?
En el ocaso me diluyo en sangre Merma de huesos comprimidos Banderas y consignas Soy escribiente sin unicornios Alerto los abismos ocultos en nosotros No poseo tierra Ni mujer Ni esclavos Ni meritos Soy plagiario de mis actos, me alimento de los tuyos Considerándome como nadie lo haría entre mis venas Ahí me corren palabras indescifrables como tu esencia Ahí donde cada quien pasa y queda y es aliento de sí mismo como el nuestro que se extravió en las referencias de los amantes oscurecidos por las nostalgias de cada acto. Homicidio del amor entre las ocurrencias y el miedo.
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